Puntas. La punta de la flecha
determina el uso que se le vaya a dar. Algunas flechas simplemente usan la
punta afilada de la misma flecha, pero es más común usar puntas de flecha
separadas, generalmente de metal, asta (cuerno), hueso u otro material duro. Las clases más usadas son las puntas para
diana, de campo y de caza.
Plumas. Se
usan las tradicionales plumas de ave, aunque también de plástico
sólido llamadas vanes. Se
colocan cerca del encoque, al final de la flecha, con pegamento o,
tradicionalmente, nervios y tendones. La exterior se llama pluma gallo o índice. Tres plumas son lo habitual,
aunque se pueden utilizar más. A veces, las plumas se colocan en un ángulo
ligero lo que hace girar y estabilizar la flecha en vuelo. Las plumas
sobredimensionadas acentúan la parábola del vuelo y, por tanto, limitan el
alcance de la flecha. Estas flechas son llamadas flu-flu, se
usan para cazar volátiles principalmente.
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